Gallera Bernal "Defensora acérrima de la creatividad / Creadora de Paradigmas visuales / Guardiana de la costa / …" Juanlu Carrasco

El Muelle | Los pretiles de la sal

MANUEL MATEOS LAYNEZ

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La casa donde tuve la fortuna de nacer, sita en el número 6 de la calle Luis Vázquez, era una vivienda vecinal de dos plantas que olía a mar y a salitre. Alrededor del patio de suelo ajedrezado, se distribuían las salas y las alcobas de Caritaplata, de Villalustre y de Josefa Chocolate, y al fondo, junto al aljibe, la parte de casa de mis padres, Mateo y Esperanza la de Balbina. El piso alto, con su galería cuajada de flores, lo ocupaban tres familias: la Pichilicha, la de Damián y la de General, el maestro de música. Y desde allí, a través de una angosta escalera, se ascendía hasta mi lugar preferido, la inmensa azotea, con su laberinto de pretiles blancos, su palomar y sus incomparables vistas. Era un mirador privilegiado desde el que se podían contemplar los paisajes ocultos a la vista de los viandantes, menos afortunados que yo en ese aspecto. Desde sus barandas, se divisaban los altos de la Iglesia de la O, sus misteriosos recovecos donde anidaban las lechuzas, el corral del cura, abandonado y comido de ratas, las almenas cegadas del Castillo, la azotea del Moniato y el Colorao, bajita y plana, que constituía el reino absoluto de un viejo mixto-lobo, y junto a ella, sobrevolándola, una azotea diferente a las demás, con pretiles calados en forma de rombos y coronada por un torreón que miraba hacia las antiguas naves de la fábrica de don León. Por el otro lado, la azotea gris de Manuela la Bigotona, Puyana, la Chicarrana y los Corbeto, clausurada al paso por el mal estado de sus techos y por carecer de escaleras para subir a ella. Las azoteas del Panchón y el Carpo, que olía a chicharrones recién hechos, la de Rosario la Güervana y Rizo, la de la Chili, llena de gatos sesteantes, la de la Melliza, con sus macetas de hierbabuena, y más adelante la del Choco, oscura y siempre atiborrada de cachivaches.

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Las azoteas de entonces constituían un mundo paralelo lleno de vida y siempre en movimiento. En aquella casa (la Casa Grande le decían los vecinos de la calle) me familiaricé con las mágicas palabras marineras: aparejos, anzuelos, plomadas, redes, garabatos, camaroneras, boyas, cañas, carrizos y tanzas. Y también con los nombres de los frutos de la mar, de aquellas cosechas que mi vecino Villalustre extendía sobre unas mantas tendidas en el patio de losas blancas y negras: bailas, urtas, garapellos, marrajos, borriquetes, rayas, pulpos y centollos. Todo ello rodeado por un escenario deslumbrante de macetas de cintas, adpidistrias, geranios y hortensias y por las charlas de las vecinas sentadas en sus sillas de enea en una tertulia continua, mientras aprovechaban el tiempo bordando, zurciendo o haciendo ganchillo.Y en febrero los erizos —para mí, la fiesta máxima—, un ritual que convocaba a todos los vecinos en la azotea, las mujeres con sus cuchillos o con las tijeras de bordar cortando los caparazones, las cucharillas extrayendo las huevas anaranjadas, la copita de vino blanco y la boba de pan que partíamos a pellizcos. Un festín en familia.

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Desde la azotea en la que pasé mi infancia se divisaba la casa del Pozo, el Molino, la casa Kimpe, la Torre de la Merced y, como protagonista principal, el muelle en toda su extensión, con sus barquitas bailando al son de las olas, con su Virgen del Carmen paseándose orgullosa por la bahía cada mes de julio, con sus tentadoras cucañas y su tempestuoso oleaje de invierno. El muelle, en fin, faro y guía de mis mejores años, el albacea de mis recuerdos y la fuente de mis añoranzas.

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Quiero aprovechar la ocasión para invitaros a todos a participar en los dos grupos que administro en Facebook, Roteños de antaño (Fotos) y Rota (Cádiz) -> Fotos antiguas; en ellos podréis disfrutar de fotografías y anécdotas que removerán los recuerdos de los más mayores y enseñarán a los más jóvenes la fisonomía antigua de nuestro amado pueblo y sus gentes. Todos seréis bien recibidos.

Un saludo cordial de vuestro paisano Manuel Mateos Laynez (Mateos Eme)


Las fotografías personales de Mateos Eme y de sus hermanas estuvieron expuestas en la Exposición El Muelle Gallera Bernal en la Sala de Patrimonio y Memoria de la Torre de la Merced del 14 al 24 de julio de 2016.

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