“Crónica de Reposo Obligado; Diario del Color”.
Es interesante como el color nos define. Cuando viajé a Camerún confirmé que el color influye en nuestra forma de ser, mente y cuerpo. En su capital (Yaundé) descubrí que la ciudad estaba inundada por el color de su tierra, un tono rojizo arcilloso, así como en los atuendos de sus habitantes, ya que el color inunda nuestra vida. Un ejemplo de ello fue en el «Taller de Fotografía Creativa», que impartí en el IFC, ahí pude ver que en las fotografías políticas de uno de mis alumnos el color rojo inundaba todo el espacio y me dije: Camerún es rojo.
Ahora en este transcurso de reposo obligado vuelvo a la ruta, palabra que tiene un especial interés ya que mi pueblo, Rota, significa «ruta» como dijo Abu Muhammad´Abd al- Malik ibn Habib*1 en el máximo apogeo con los almohades en el siglo XII. Una ruta llena de luz, responsable del 83% de nuestro contacto con el mundo exterior, y que nos ayuda a superar depresiones y evitar enfermedades. La luz es alegría y afecta al ser humano psicológicamente, como es el conocido síndrome de tristeza por falta de luz de los países nórdicos. En mi caso, sus cualidades dan forma e inspiran para el transcurso de mí día a día, invadiendo esta nueva serie fotográfica bajo el título: “Crónica de Reposo Obligado; Diario del Color”.
Esta serie alude al color, al color de la vida (que tanto se ha estudiado a lo largo de la historia del arte); el color que nos define, que nos marca y que nos cambia*2. Mucha gente acude a la cromoterapia. Existen lentes con filtros haploscópicos para curar la dislexia y otras enfermedades así como dependiendo de donde vivamos, tenemos una sensibilidad diferente al color. ¿Sabéis que los esquimales tienen muchas palabras para definir el color blanco y la nieve distinguiendo hasta doce tonos diferentes?, al igual que algunos africanos distinguen cincuenta tonos de negros, los maoríes neozelandeses con un centenar de rojos o algunas tribus amazónicas con dieciséis verdes.
Esto me llama en especial la atención, ya que aunque vivamos a una diferencia escasa de kilómetros no vemos igual nuestro entorno. Por ejemplo, soy una chica de mar y, como gente de mar, veo todos sus diferentes matices*3 pero la gente de montaña la percibe como un plato y no le encuentran ningún tipo de interés ya que “siempre es lo mismo”, según ellos. “Pero como va a ser lo mismo!”, me digo a mí misma; son como la tribu de indios norteamericanos que denominan del mismo modo al mar y al cielo y como consecuencia son incapaces de distinguir el horizonte. Esta famosa observación sobre la capacidad que tienen algunas etnias para distinguir múltiples variaciones de color o de olor en paisajes (suelo oler la lluvia) y que para otros cerebros son completamente imperceptibles*4.
Sabemos que el ojo sólo es sensible cuando la longitud de onda se halla entre 380-400 y 680-700 nanómetros, ese límite es nuestro espectro de luz visible y, por tanto, poseemos la famosa constancia del color y diferentes clichés para diferenciar si una fruta está sana o podrida a raíz del color sin necesidad de tocarla, o como dijo Monet: «Cuanto más viejo me hago más cuenta me doy de que hay que trabajar mucho para reproducir lo que busco: lo instantáneo. La influencia de la atmósfera sobre las cosas y la luz esparcida por todas partes».
A nadie se le escapa que el mundo actual está cada vez más dirigido por la imagen. Si algo caracteriza a nuestro tiempo es la permanente presencia de imágenes, hasta el punto de que está naciendo una nueva forma de cultura, “la cultura de la imagen”, y por este motivo salto al nivel filmográfico con uno de mis clichés de la escena de la película «El cocinero, el ladrón, su mujer y su amante» de Peter Greenaway…Ella va cambiando de color en su ropa a través de su estado anímico, mientras habla por teléfono, recorre diferentes estancias con un color predominante, todo muy teatral. ¿Por qué aludo a esto? Pues porque todos tenemos un archivo visual que nos define o marca nuestros gustos a la hora de desarrollar algo, y esas improntas son fundamentales cuando estás desarrollándote a nivel creativo*4. Color que juega un papel muy importante para la elaboración de nuestro pattern y, a nivel fisiológico, sabemos que se han asociado los colores a conceptos y sentimientos.
En mi diario creo un código de color que simboliza las acciones y sentimientos de lo que pasa a lo largo de los días de recuperación; El rojo, asociado con la sangre y a las extracciones, con el amanecer y el atardecer, y que me afecta al nivel hormonal. El azul al color del cielo, a la meditación, a las ganas de pasear por la orilla del mar (lugar de paz y tranquilidad), a igual que mi azotea de ahora y de mi infancia con sus famosos pretiles*5. El verde a la estancia, a los pinos y gorriones de la cafetería. El blanco al reposo, a la recuperación, al baño…a mi habitación y recuerdo lo que decía Goethe. Decía que “los colores actúan sobre el alma, llegando a excitar sensaciones complejas, despertar emociones e ideas que nos calman o nos agitan y provocar tristeza o la alegría”.
Día RED = Más Sangre
Este color expresa deseos de conquista, ansias de logro y vencer | Color atractivo para aquellos que valoran las cosas que ofrece una vida intensa | El rojo es un color que viene hacia nosotros, avanza | La naturaleza agresiva del rojo ha estado siempre relacionada con las ideas de combate | Puede asociarse con la carne y la emoción: desde el amor y el coraje hasta la rabia y la alegría.
DIA BLUE = La vida es mejor en color…Hay que mirar al Blue Cielo
Azotea | Pretil | Cielo
Es el color del silencio | Relacionado con la paz y el sosiego | Color que da sensación de infinidad, inspira confianza y puede asociárselo con lo espiritual | Indica placer y descanso | Es un color saludable aunque sus significados negativos no son más que simples extensiones de sus aspectos positivos: lo frío está relacionado con la insensibilidad, la soledad con el aislamiento, la tranquilidad con la inercia.
Fotografías y texto Gallera Bernal Fotografia de Portada: "Fenix" Gallera Bernal Este obra está bajo una licencia de Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 4.0 Internacional.