Considerando el conjunto de la producción artística de Gallera Bernal (Rota, 1975), la cual incluye diferentes soportes de expresión, ya sean dibujo, pintura, serigrafía sobre tejido, esculturas-objetos y fotografía, se observa cierta continuidad entre el trabajo fotográfico El Muelle y su obra Vereda (2012), una serie de retratos fotográficos que ponían en escena amigos y familiares, todos habitantes de Rota. Aquellos retratos y escenas exploraban lo cotidiano de manera crítica. Esta vez, a través de El Muelle, Gallera Bernal sigue con los retratos roteños pero nos muestra una producción que destaca por su doble dimensión social y patrimonial. Este último trabajo supuso indagar en el mundo pesquero gaditano para así llegar a compartir con el público una vertiente menos visible de su obra: el gusto de la artista andaluza por la investigación. De hecho, esta necesidad de sondear las cosas antes de incorporarlas a su obra siempre ha estado presente. En El Muelle, el dato archivado deja de ser únicamente un medio para crear una obra fruto de la imaginación y se hace visible, ocupa espacio. Las fotos expuestas en la sala de la Torre de la Merced, dedicada a los archivos y a la memoria, suponen un paso más en la relación a las fuentes. Aquí se traza un vínculo entre la foto como objeto artístico y la foto documento testimonio del tiempo pasado.

El documentarse en los archivos supone colectar fragmentos de la realidad, articularlos  a través de una construcción nueva  tal como aparecen aquí ordenados y expuestos. Este interés por extraer, clasificar, salvaguardar, poner à la luz documentos situados “fuera de la subjetividad creadora” resulta de un propósito que Michel Foucault calificó como arqueológico y genealógico. También se puede considerar que por su actividad como colectora y archivista en el proyecto El Muelle, Gallera Bernal se propone tesaurizar la actividad pesquera a través de una mirada auto etnográfica. Dicho enfoque funda su identidad artística ya no como producto de la individualidad, como ha podido ser el caso en su obra pasada, en sus pinturas e instalaciones por ejemplo donde reinaba la intimidad, sino que nos presenta un yo perteneciente a una comunidad, una sociedad, una historia compartida.  El Muelle por lo tanto sigue siendo un trabajo en primera persona pero su dimensión colectiva resulta ser dominante. Este procedimiento sigue formando parte del proceso creativo de la artista.

La exposición patrimonial El muelle en su globalidad representa pues una etapa en la que la artista necesita detenerse sobre un universo sumamente concreto encarnado por los pescadores y su entorno; expresa de este modo su consciencia aguda de pertenecer a Rota donde nació, donde ella cultiva una relación especial con el mar. Valora lo más auténtico que tiene la villa, haciendo que entren en diálogo las fotos sacadas de los archivos y las que son fruto de su propia mirada. Esta acción paradójica de descentrarse del yo y ubicarse en la comunidad a través del proyecto El Muelle sin duda corresponde a una necesidad en la existencia y particularmente en la experiencia artística. En este proceso  Gallera Bernal se muestra profundamente consciente del lazo que la relaciona al mundo. Ofrece al visitante reflexionar sobre aquellos vínculos que nos unen, nos atraviesan, nos construyen.

Fabiola Ecot Ayissi | CIPCA Centre International pour le Patrimoine Culturel Africain